. CRITICA DE
LA RAZÓN TEÓRICA
2.1 LAS FUENTES DEL
CONOCIMIENTO
Son dos:
‑la sensibilidad.
Es pasiva, se limita a recibir.
‑el entendimiento.
Es activo, produce ideas espontáneamente sin derivarlas de la experiencia. Por
ejemplo, "sustancia", "causa", etc.
Estas dos fuentes de
conocimiento, las únicas de que disponemos, funcionan de modo conjunto. La
sensibilidad nos proporciona multitud de datos, por ejemplo:
"espinas", "color rosa", "olor agradable", etc. y
esta multitud queda unificada en el entendimiento bajo el concepto de
"rosa". Podemos ir a un plano más abstracto y decir que los datos
sensibles quedan unificados en el entendimiento bajo el concepto de
"sustancia". Si en Hume los conceptos que no provenían de impresiones
(aquí, de la sensibilidad) eran conceptos falsos, vacíos de significado, Kant
difiere: los conceptos del entendimiento no derivan de la experiencia (siguiendo
a Hume) pero cumplen una función legítima: unificar los datos sensibles
en unidades dotadas de sentido. Los conceptos surgen espontáneamente del
entendimiento. No se derivan de la experiencia, pero sólo se pueden aplicar a
ella. En su aplicación a los datos de la sensibilidad se agota su función. Los
conceptos existen para unificar la experiencia, por lo tanto su campo de aplicación
legítima es la experiencia. Frente a Hume, el hecho de que los conceptos no
provengan de la experiencia no significa que sean desechables. Todo lo
contrario, cumplen una función muy importante en el conocimiento, al
simplificar y estructurar los datos sensibles. Sin estos conceptos del
entendimiento, el mundo sería un amasijo de colores y formas sin ninguna
coherencia.
2.2 LOS JUICIOS
SINTÉTICOS A PRIORI
La razón combina los conceptos para producir juicios. La ciencia no es más que
un conjunto de juicios. Para Hume, existen dos tipos de juicios, las relaciones
de ideas y las cuestiones de hecho.
relaciones de ideas
juicios analíticos --------------> a priori
cuestiones de hecho
juicios sintéticos ‑-------------> a posteriori
Todo juicio
analítico, para Hume, es a priori: si el predicado está
contenido en el sujeto (como en "el todo es mayor que la parte"),
entonces su verdad se puede averiguar antes de recurrir a la experiencia,
independientemente de ella.
Todo juicio
sintético, para Hume, es a posteriori: si el predicado no
está incluido en el sujeto ("el sol ha salido"), entonces para
averiguar su verdad es imprescindible recurrir a la experiencia y ver si es
así. Su verdad se establece después (a posteriori) de acudir a la experiencia,
no independientemente de ésta.
Kant acepta que los juicios analíticos sean a priori, pero no está de acuerdo
con que todos los juicios sintéticos sean a posteriori. Para
Kant, hay también juicios sintéticos a priori. Cuando hablábamos
del giro copernicano, veíamos que es la razón la que impone las condiciones al
objeto, condiciones que van a permitirnos conocerlo. Este giro copernicano se
concreta ahora, cuando Kant propone la existencia de tales juicios. Fijémonos:
si son sintéticos quiere decir que el predicado no está contenido en el sujeto:
por más que analicemos el
significado del sujeto, no por ello deducimos el predicado, al contrario de lo
que pasaba en los juicios analíticos. Nos proporcionan un conocimiento nuevo,
cosa que no nos daban los juicios analíticos, que se limitaban a ser juicios
puramente lógicos y, por tanto, no nos daban ningún conocimiento del mundo. Si
son a priori quiere decir que su verdad es anterior a toda experiencia,
independiente de ella.
Kant afirma por tanto la existencia de unos juicios que (uniendo las
características que hemos detallado) nos proporcionan conocimiento nuevo y que,
sin embargo, son verdaderos antes de la experiencia. Hasta ahora creíamos que
todo juicio sintético era a posteriori. Si hacemos una lista de juicios
sintéticos, lo vemos claramente: "el sol ha salido"; "todos los
gatos siameses son blancos"; "el pico más alto del Pirineo es el
Aneto". En todos estos casos, habrá que comprobar la verdad después de
acudir a la experiencia (después de asomarse por la ventana,, después de ver
todos los gatos siameses, después de medir la altura de las cimas pirenaicas).
Un juicio sintético a priori, por ser sintético, nos proporciona conocimiento
sobre el mundo y, por ser a priori, es verdad antes de la experiencia.
Pidámosle a Kant un ejemplo. "La recta es la distancia más corta entre dos
puntos". ¿Es analítico? No, puesto que el predicado no está incluido en el
sujeto: la noción de "distancia" no entra para nada en la noción de
"recta". Tiene que ser sintético. Sigamos preguntando: ¿es a
posteriori? Tampoco, piensa Kant, porque sabemos que es verdad sin tener que ir
por ahí midiendo distancias entre dos puntos, sin necesidad de ninguna
comprobación experimental.
Kant no niega que haya juicios sintéticos a posteriori, lo que niega es
que todos los juicios sintéticos sean a posteriori. Los
principios fundamentales de las ciencias, dirá, son precisamente juicios
sintéticos a priori.
Otro ejemplo: "todo lo que comienza a existir tiene causa". ¿Es
analítico? No, porque en la idea de "algo que comienza a existir" no
está incluida la idea de "tener una causa". ¿Es a posteriori?
Tampoco, porque sabemos que es así antes de ninguna experiencia. En este
juicio, que no es otro que el principio de causalidad, uno de los juicios
sintéticos a priori que fundamentan la Física, según Kant, vemos quizá mejor
que en ningún otro el significado de su diferencia con Hume
Para Kant, nosotros no estamos seguros de que el principio de causalidad se
cumpla siempre (=que es a priori) por pura costumbre, porque siempre ha sido
así, como decía Hume. Si un día al encender fuego, en lugar de salir humo, sale
agua, no pensaremos que el principio de causalidad ha fallado, sino que más
bien nos preguntaremos "¿por qué en lugar de salir humo sale agua?",
y esto no es más que preguntarse: "¿cuál es la causa de que en lugar de
humo salga agua?". Vemos que continuamente estamos presuponiendo el
principio de causalidad, se cumpla o no lo que nosotros esperamos por
costumbre. Por eso es a priori: porque ningún hecho de experiencia pues
demostrar jamás que es falso. Atribuir el humo al fuego o a otra causa, depende
de la teoría física, y podemos equivocarnos. Pero atribuir el humo a una causa
no depende de ninguna teoría física, y en este planteamiento la experiencia
nunca podrá desmentirnos.
¿Cómo explicar que podamos hacer este tipo de juicios? Puesto que sólo tenemos
dos fuentes de conocimiento, algo habrá en ellas que posibilite emitir
semejantes juicios.
2.2. ANÁLISIS DE LA
SENSIBILIDAD
Si alguien nos dijera que ha visto algo que no estaba en ningún lugar y en
ningún momento, no le creeríamos. E1 espacio y el tiempo son dos condiciones
imprescindibles para la percepción de cualquier cosa. El espacio y el tiempo no
son cualidades del mundo, no están "allí fuera" de nosotros, sino que
son dos condiciones que nosotros le imponemos al mundo. Si nosotros no
distribuyéramos nuestras percepciones en el espacio y en el tiempo, ¿qué
percibiríamos? Estaríamos en el mismo caso con que empezábamos este apartado.
Kant llama al espacio y al tiempo "formas a priori de la sensibilidad".
‑formas, porque el
espacio y el tiempo no son impresiones sensibles particulares, sino la forma o
el modo como percibimos todas las impresiones particulares.
‑a priori, porque
no proceden de la experiencia, sino que la preceden, son las condiciones de que
nuestra experiencia sea posible.
‑de la sensibilidad,
no del entendimiento.
También los llama "intuiciones
puras":
‑intuiciones,
porque no son conceptos del entendimiento, sino que son previas a todo
entendimiento.
‑puras en el
sentido de que están vacías de todo contenido empírico.
Espacio y tiempo son las
condiciones que nuestra sensibilidad impone a las cosas para convertirlas en
experiencia, para que se puedan mostrar al hombre. Dios no necesitaría de
espacio y tiempo para conocer, los hombres sí. Al ser espacio y tiempo
anteriores a toda experiencia y haciendo a ésta posible, Kant las denomina
condiciones trascendentales del conocimiento. Trascendental quiere
decir en Kant lo que antecede a la experiencia haciendo que la experiencia sea
lo que es.
Puesto que espacio y tiempo son previos a la experiencia, ahora se entiende que
sea posible formular juicios sintéticos a priori del tipo "la recta es la
distancia más corta entre dos puntos", ya que a este juicio le subyace una
idea de espacio que no necesitamos comprobar puesto que emana de nosotros
mismos: no es un espacio que esté "fuera", sino que proviene de
nosotros mismos y se lo imponemos a los datos sensibles, haciéndolos así objeto
de nuestra experiencia.
2.3 ANÁLISIS DEL
ENTENDIMIENTO
De momento hemos logrado ordenar el caos de los datos sensibles por medio de
dos condiciones trascendentales: el espacio y el tiempo. A partir de ahora, lo
que tenemos es una multiplicidad de impresiones sensibles en un espacio y en un
tiempo. Sin embargo, esto no basta para conocer las cosas. Si estamos viendo
una casa, recibimos una multitud de datos sensibles diferentes, desde el color
de sus muros hasta la inclinación de su tejado, etc. Si alguien nos pregunta
qué estamos viendo, podemos responderle: "una casa", y podemos
hacerlo porque esa multiplicidad de datos sensibles los englobamos en un
concepto, el de "casa". Si ahora se nos muestra una extraña cosa, de
la que tenemos multitud de impresiones sensibles, y sin embargo jamás habíamos
visto algo parecido antes, si alguien nos pregunta lo que estamos viendo, no
sabremos responderle. ¿Por qué? Porque nos falta un concepto donde englobar
todos los datos de la sensibilidad. A1 no poder utilizar un concepto, no sabemos
qué estamos viendo. Para conocer, por tanto, necesitamos conceptos, y la misión
del entendimiento es producirlos.
Hay dos tipos de conceptos: los que hemos derivado de la experiencia y
los conceptos puros o categorías, previos a la
experiencia, como ocurría con el espacio y el tiempo en la sensibilidad. Según
Kant, no todos los conceptos proceden de la experiencia. Hay que localizar los
conceptos que no proceden de la experiencia, y eso es lo que hace Kant en
la deducción metafísica de las categorías.
Puesto que para utilizar un concepto realizamos un juicio ("esto es una
casa", etc.), habrá tantas categorías como tipos de juicios haya.
Recurriendo a la lógica tradicional, que daba 12 tipos de juicio, Kant extrae
12 categorías: UNIDAD, PLURALIDAD, TOTALIDAD, REALIDAD, NEGACIÓN, LIMITACIÓN,
SUSTANCIA, CAUSA, COMUNIDAD, POSIBILIDAD, EXISTENCIA, NECESIDAD.
Los fenómenos no pueden ser pensados si no utilizamos alguna o varias de estas
12 categorías. Son previas a toda experiencia, vacías de contenido empírico.
Son las condiciones de posibilidad, junto con el espacio y tiempo
de nuestro conocimiento de las cosas.
Las condiciones trascendentales de la sensibilidad (espacio y tiempo) permiten
los juicios sintéticos a priori de las Matemáticas; las condiciones
trascendentales del entendimiento (categorías) permiten los juicios sintéticos
a priori de la Física, como el principio de causalidad.
Las categorías son vacías porque han de llenarse con los datos procedentes de
la sensibilidad, del mismo modo que el espacio y el tiempo ha de llenarse con
las impresiones sensibles.
2.4 LOS LÍMITES DEL
CONOCIMIENTO
Las condiciones trascendentales del conocimiento (trascendentales
porque permiten la experiencia), es decir, el espacio y
el tiempo y las categorías, agotan su función en
su aplicación a los datos sensibles. Su misión consiste en ordenar y
estructurar los datos de la sensibilidad. Por tanto, no se pueden aplicar a
nada excepto a los datos de la sensibilidad. Se ve aquí la huella del criterio
de verdad de Hume, si bien muy reformado. Para Kant, si aplicamos las
categorías a lo que está más allá de la experiencia (como intenta hacer la
metafísica) estamos haciendo un uso ilegítimo de las categorías,
puesto que su misión es sólo la de ordenar los fenómenos, y esto ha de ser así
porque espacio‑tiempo y categorías son lo que hace que las cosas puedan
aparecer, se hagan fenómenos. Sin estas condiciones trascendentales del
conocimiento, el mundo sería un caos de datos sensibles en ningún lugar y en
ningún momento y además sin saber jamás qué son. Puesto que estas condiciones
son las que permiten la experiencia, no pueden aplicarse a lo que está más allá
de ésta.
Ahora se ve bien
que el intento de la metafísica ‑hablar de lo que está más allá de la
experiencia utilizando el espacio‑tiempo y las categorías‑ es ilegitimo y
conduce a las contradicciones que jalonan la historia de la filosofía. Son
conclusiones sobre Dios, sobre el alma y sobre el mundo que carecen de validez,
y Kant se encarga de mostrarlo realizado una serie de análisis brillantes y
definitivos.
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